sábado, 2 de agosto de 2025

Jesús Cañadas: Fundido a negro

Idioma: español
Año de publicación: 2025
Valoración: Muy, pero que muy recomendable

Apariciones de la Virgen; leyendas granaínas; gitanos del Sacromonte; parejas de la Guardia Civil; procesiones entre flores... Con todos estos elementos se podría componer un drama lorquiano. O un pastiche lorquiano, que tanto da... Pero lo que hace Jesús Cañadas en esta novela no es ni una cosa ni la otra, sino añadirle al cóctel un documental de true crime, la telebasura adicta al frikismo de los 90 (no me refiero a los fans de Star Wars, precisamente), los jipis de la Alpujarra, drogas y culpabilidad . Y a Juliette Binoche, qué ya me diréis como se la puede meter en una novela de terror,  pero Cañadas lo consigue... Porque sí, Fundido a negro es una novela de terror, pese a que su autor afirme que él lo que escribe son thrillers (y sí, está novela es un thriller, quizás antes que ninguna otra cosa, pero también da mucho miedito), ya desde su comienzo, con la transcripción de un video en que los guardias civiles se dirigen de noche a un cortijo donde, al parecer, ha habido un grave incidente... Pero avancemos la imagen para hacer el consabido resumen resumido: 
Benjamín Correa es un director de documentales andaluz en horas bajas -bajísimas- a pesar de haber ganado, años atrás, la Palma de Oro en Cannes -o precisamente, a raíz de haber ganado la Palma de Oro en Cannes-, así que decide aceptar, no muy convencido, el encargo de Canal Sur de realizar, deprisa y corriendo, un documenta sobre la secta mariano-milenarista de El Encuentro de María, que, dieciocho años atrás, acabó. por decirlo suavemente y emplear el término de la novela, en una marimorena de mucho cuidado... El equipo de grabación, compuesto por antiguos amigos de Benjamín, se pone a la tarea y comienza a entrevistar a personas que tuvieron que ver, de un modo en otro, con El Encuentro. Pero pronto empiezan a encontrarse elementos cada vez más inquietantes, según van indagando sobre las figuras de Elías, el líder de la secta y Micaela, su pérfida factótum, así como lo que ocurría en el seno del grupo. Y no sigo porque esta es una de esas novelas que hay que leer hasta el final para poder entender -o no-, sabiendo lo menos posible de la misma y así disfrutar (o pasarlo mal, según se mire) al máximo. Muchos son los elementos presentes en esta novela que propician que esto suceda; por citar algunos, al modo de Oriol:

  • Que nos encontremos, precisamente, ante un thriller, con los mecanismos y tropos propios (y típicos) del thriller, pero, al mismo tiempo, ante una novela de terror, con los mecanismos y tropos propios del terror, lo que nos hace olvidar las costuras que se le puedan ver al thriller.
  • Que el autor consiga crear momentos  inquietantes, cuando no terroríficas, no sólo por la presencia de personajes, entidades o situaciones aterradoras, sino, sobre todo, por el dominio e incremento de la tensión en casa capítulo y la gran habilidad de este escritor para crear ambientes perturbado(re)s, espacios liminares, equívocos o, directamente siniestros. Pero todo y siempre, sin embargo, al servicio de la trama y del devenir reservado a sus personajes.
  • Que la trama funcione con la precisión de un reloj suizo, con la minuciosidad de una maqueta ferroviaria, con el ingenio de un juego de palabras inesperado... pero todo sin que nos demos cuenta de ello hasta el final, ya sea debido a las circunstancias que antes he comentado, o, simplemente, para la facilidad de Cañadas para que todo fluya, sin forzar la máquina, sin obligar al lector a inclinarse a cada momento ante el talento del autor. 
  • Que nos hayamos, además, ante un escritor especialmente dotado para contarnos lo más terrible y mantenernos en vilo con el suspense y el ritmo que le imprime a la narración, sin por ello (quizá por su origen gaditano) perder la naturalidad y aun el gracejo de lo coloquial, el respiro de lo cotidiano, que nos permite una falsa relajación hasta que nos damos cuenta de que la temperatura narrativa ha subido y no tenemos ya escapatoria, como langostas cociéndose en un agua cada vez más caliente. Por no mencionar (o mejor sí), la extraordinaria capacidad de que hace gala Cañadas para el símil, la metáfora o la metonimia certera e ingeniosa, que posiblemente tenga también su raíz en Cádiz (y perdón por el tópico, si es que molesta a alguien). Unos pocos ejemplos extraídos de un mismo capitulo: "Se había levantado con los ojos convertidos en dos puñaladas en una Caja Roja de Nestlé"; "(...) era un polvorón empapado en bechamel seca"; "(...) asintió con lentitud de café de filtro que gotea en la cafetera"."Aparte de caminar a paso de lista de espera en correos, con una cojera imposible de disimular (...) no relajaba ni a tiros esa expresión que parecía ponerse por las mañanas, antes incluso que las pantuflas". "Echó la mandíbula hacia delante y se montó su propia final de Roland Garros con los ojos, que fueron de un lado a otro en busca de una excusa que, por supuesto, no encontró. Al cabo, soltó un un suspiro de cañería".
  • Que el autor hace un empleo loable e inteligente de diferentes aspectos de la cultura andaluza, en el seno de la cual se desarrolla la historia; desde el habla sevillana y granaína (he de señalar que yo no soy andaluz, pero, desde luego, parece bastante convincente) a otros elementos culturales o incluso subculturales .dado el tema y la ambientación de la novela- de la misma. Todo escrito con un aire desenvuelto, ya digo, pero que trasluce el respeto que le produce a Cañadas su propio pueblo, su idiosincrasia y forma de expresarla.                                                                                
No me quiero extender mucho más, que la reseña ya se está haciendo larga y leerla es tiempo que se podría utilizar mejor en leer la propia novela. Quien lo haga se encontrará no ya un thriller yo una historia de terror, sino una magnífica novela en la que convive un toque de folk horror con cierto costumbrismo crítico, un trasfondo de horror cósmico con la llamada "cultura de la cancelación"; el desvarío onírico con el gore; el juego tipográfico (tampoco es La casa de hojas, no os asustéis) con la influencia, inevitable, por otra parte, de lo audiovisual, tanto en el falso found footage como en la propia dinámica narrativa. Y además aparece Juliette Binoche, ya lo he dicho, y me quito el sombrero de cómo Jesús Cañadas ha conseguido introducirla aquí... Ojalá ella llegue a leer, algún día, está novela, porque seguro que estaría orgullosa de formar parte de ella, me apuesto lo que queráis... O, por lo menos, se lo iba a pasar de miedo (literalmente), que es de lo que se trata, ¿no?. Después de todo.

También de Jesús Cañadas y reseñado en Un Libro Al Día: Dientes rojos

viernes, 1 de agosto de 2025

Mario Escobar Velásquez: Marimonda

Idioma original: Español
Año de publicación: 1985
Valoración: Recomendable

Este libro engaña. Desde el primer momento, además, porque la primera página nos remite a una nota de prensa en la que se informa del reclutamiento de monos por parte del ministerio de defensa de Israel para labores de tipo humanitario. Podríamos pensar, entonces, que lo que encontraremos en las siguientes 150 páginas será algo así como una distopía, una novela de ciencia - ficción o una comedia. Vaya, si estaremos ante una versión tropical de El planeta de los simios o de 12 monos, por poner un par de ejemplos.

Pero pronto descubriremos que apenas hay nada de lo anterior y que lo que finalmente leeremos será una novela, protagonizada por un pequeño grupo de marimondas, bastante más compleja de lo que podría inicialmente parecer.

Protagonismo animal, por tanto, pero animales humanizados (y humanos animalizados, como reverso de la moneda) en un texto que toca multitud de temas. Así, colonialismo, globalización, relación hombre - naturaleza, organización social o la formación de los liderazgos atraviesan las páginas de una novela que en un tono casi ligero, como si estuviésemos leyendo un documental de National Geographic, vuelve a poner sobre la mesa un tema muy tratado en la literatura latinoamericana de la primera mitad del siglo XX: aquello de civilización o barbarie.

Superada la extrañeza inicial que provoca ese protagonismo animal, uno va extrayendo cosas positivas de la novela. Tres destacan por encima de todo:

  • el lenguaje, que combina lo popular con "poéticotorrencial", tan relacionado con el contexto geográfico en el que se ubica la novela. Mejor un ejemplo que, no sé si acertadamente o no, me lleva a pensar en Tomás González:
Subió hasta la cara rugosa del cadáver de abiertos ojos en cuyo fondo opaco se copiaba adentrado un reflejo de cielo estrellado, y halló que de esos ojos estrábicos por la muerte, como si quisieran mirarse al propio interior del cráneo, y de la nariz que era poco más que unos agujeros tenebrientos, hoy se escapaba la esencia de ese olor a muerte condensado en gotitas

  • los cambios de perspectiva. El peso de la novela recae en el líder de la manada de marimondas, pero Escobar Velásquez lo traslada a unas hormigas, un zorro, una lagartija, unas vacas o a un hombre, sin pudor y sin que la cosa chirríe.
  • la capacidad del autor para acercarse a temas profundos desde la más absoluta sencillez, en un tono casi de fábula.
Resumiendo: autor colombiano absolutamente desconocido por estos lares (me viene a la cabeza Álvaro Cepeda Samudio, de quien hace unos años se recuperó La casa grande y de quien nunca más se supo) y novela curiosa y recomendable en la que es fundamental, ¿cuándo no?, olvidarse de prejuicios y dejarse llevar por una selva en la que nada es lo que parece. ¿O tal vez sí?

jueves, 31 de julio de 2025

Jarosław Iwaszkiewicz: Madre Juana de los Ángeles

Idioma original: Polaco
Título original: Matka Joanna od Aniołósea
Traducción: Xavier Farré
Año de publicación: 1946
Valoración: Entre recomendable y está bien

1634, Francia. Uno de los procesos de brujería más conocidos, motivado tanto por intrigas de poder como por los delirios de una madre superiora, tiene lugar en Loudun. Un sacerdote llamado Grandier, acusado de ser el responsable de la posesión demoníaca de unas monjas ursulinas, termina en la hoguera.

Madre Juana de los Ángeles, del escritor polaco Jarosłas Iwaszkiewicz, se inspira en este suceso histórico. Sin embargo, al contrario que tantas otras obras literarias que hicieron lo propio (Urbain Grandier de Alejandro Dumas padre, Los demonios de Loudon de Aldous Huxley, etc...), esta novela emplea el hecho a modo de punto de partida, en vez de examinarlo analíticamente o desarrollarlo en clave de ficción.

Así pues, Grandier apenas es mencionado en Madre Juana de los Ángeles. El protagonismo recae en el padre Suryn, un devoto jesuita al que la iglesia envía a exorcisar a las monjas ursulinas del convento de Ludyn poseídas por demonios.

La situación sobrepasa a nuestro héroe, cuyos tormentos y temores religiosos se incrementan. Especialmente efectivos son los pensamientos que así lo evidencian, como éste que hallamos en las páginas 151 y 152:

La sola posibilidad de la tranquilidad que le proporcionaba la naturaleza, a pesar del viento, le pareció dolorosa y notó el brillo de las estrellas, el soplo de las nubes como si fuera un cuchillo que se le clavaba al corazón. La crueldad de la naturaleza que observaba indiferente el martirio de los corazones y mentes humanos le pareció como otra tortura diabólica más, y la mera tranquilidad como una trampa en la que acechaban las posibilidades más terribles. / «Se han dormido -pensó sobre los demonios-, se han dormido en mí, llenándome toda el alma con trozos de su carne» (...). / «Pero no se han dormido, se han transformado en el viento, en los árboles, en las nubes, para atormentarme con su indiferencia. La naturaleza eternamente feliz, salvada por principio, incapaz de sufrir la caída, y yo, destinado a los actos más grandes, a las más grandes experiencias y a la más grande comprensión, ante ella mucho más grande y potente porque puedo conocerme a mí mismo y a Dios, de repente me veo rechazado y rebajado por debajo de cualquier criatura, como un juguete de las fuerzas del mal más potentes. 

También resultan muy impactantes las escenas en que personajes o situaciones ponen en duda su fe del padre Suryn. Un ejemplo perfecto de esto sería el encuentro del atribulado protagonista con el reb Iche de Zabłudów, quien lo confunde y se mofa de él en la página 115: 

—Reverendo padre ¿viene usted a ver a un pobre rebe para preguntarle qué son los demonios? ¿Usted, padre, no lo sabe? ¿No se lo han enseñado en su teología? ¿No lo sabe, padre? ¿Tiene dudas? A lo mejor no son demonios, sino solo la falta de ángeles —volvió a reír—. El ángel que tenía madre Juana echó a volar y ahora ella se ha quedado sola consigo misma. A lo mejor es tan solo la propia naturaleza del ser humano.

La atmósfera de Madre Juana de los Ángeles está muy lograda. No sólo nos traslada exitosamente a la República de Polonia, en pleno siglo XVII, sino que imprime un pertinente tono lúgubre, ominoso y desesperanzador al conjunto. A espesar esta atmósfera y tono contribuye, por cierto, el uso de lo grotesco para describir el aspecto o comportamiento de ciertos personajes.

Los temas indagados en estas páginas se exponen con claridad, pero siempre respetando la sutileza y oblicuidad que caracteriza la buena literatura. Así, aunque se habla del mal, nunca aclara, si éste es fruto de la naturaleza humana o impuesto por los demonios al alma de sus víctimas. 

Si bien es cierto que la novela transcurre con buen pulso, no llegó a entusiasmarme en ningún momento (salvo cuando se va acercando al desenlace, donde gana enteros gracias al lirismo de ciertos pasajes y su potente clímax). No obstante, la calidad de su prosa, su atmósfera, la potencia de algunas de sus escenas, la forma en que se cierra y la complejidad de sus reflexiones dejan muy buen regusto.

Ah, Madre Juana de los Ángeles fue adaptada al cine por Jerzy Kawalerowicz en 1961, obteniendo el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes de ese año.

miércoles, 30 de julio de 2025

Colaboración: Adán y Eva, de Arto Paasilinna

Idioma original: finés

Titulo original: Aatami ja Eeva

Traducción: Luisa Gutiérrez Ruiz

Año de publicación: 2023

Valoración: Prescindible


El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. ¿Dirán ustedes que a qué viene esto? Pues esto viene a que, aunque demasiado tarde, después de adquirir este libro recordé que hace años había leído otro de este autor y me había dejado igual que su lugar de origen: helado. 

Se supone que Arto Paasilinna, que es de quien estamos hablando, es un reconocido autor finés que pasa por ser unos de los máximos exponentes de la literatura de humor en su país y por ende de la literatura europea de los últimos años. No lo digo yo, lo dice la solapa donde se nos informa de que “lo que hace que los libros de Arto Paasilinna sean tan especiales es la ironía que envuelve cada frase, el humor negro que hace que el lector llore de la risa y, por supuesto, los personajes bizarros y abiertamente tragicómicos”.

Les puedo asegurar que no lloré de la risa en ningún momento de la lectura de este libro, en todo caso lloré por haberme gastado veinte euros en adquirir esta novela, y por haberme acordado demasiado tarde de que había leído del mismo autor “Delicioso suicidio en grupo”, libro que acabó sus días en una librería de segunda mano. 

Les voy a adelantar de que va el libro y luego ustedes deciden. Un patético empresario finés, que dirige una pequeña fábrica de baterías al borde de la bancarrota, inventa, porque tiene una inteligencia superior a media humanidad, una batería ultraligera que va a revolucionar la industria internacional. Junto a una abogada, que le ayuda a salir de la cárcel tras un oscuro episodio, patenta la batería, monta una empresa, y se dedica a ganar millones de marcos que no sabe en qué gastar. Entre medias deambulan una serie de empleados de la nueva empresa, unos empresarios japoneses que le quieren comprar el invento y un asesino siciliano que contratan unos jeques del petróleo para eliminar a Aatami Rymmatyla, que así se llama nuestro héroe. 

Ni las aventuras que corren los protagonistas, ni la aparición de los secundarios que les acabo de mencionar, hacen que la historia levante el vuelo en ningún momento. 

¿Suceden episodios tragicómicos? ¿Hay personajes bizarros? ¿Se desternilla uno con cada escena? Sinceramente, lo único que ocurre es que lees entre líneas, te saltas los párrafos de dos en dos y llegas al final deseando deshacerte del libro cuanto antes. Les podría contar cómo acaba la historia, pero quizás es el único momento que les pueda arrancar una sonrisa. 

Están advertidos. Se publican demasiados libros en este país. No creo que les resulte fácil encontrar éste, pero si lo hacen bajo ningún concepto hagan caso a la solapa. Me lo agradecerán.

                                Firmado: José Miguel Martínez


Otros libros de Arto Paasilinna reseñados en ULADEl año de la liebreDelicioso suicidio en grupo

martes, 29 de julio de 2025

Javier Tapia: Mitología japonesa

Idioma original: castellano

Año de publicación: 2022

Valoración: Se deja leer


Tener en el blog a un experto en lo que sea es genial, claro, pero tiene sus riesgos, porque si uno se decide a aproximarse a esas materias corre el riesgo de quedar en ridículo, no ya ante algún lector anónimo, sino ante el propio colega, que es algo un poco más humillante. Hablando de Japón, tenemos aquí a Alain, que en estas cosas entiendo que está muy puesto, así que, contando con su benevolencia, me permitiré comentar este libro en torno a la cultura japonesa, que es el campo que se trata, más allá del título. 

La verdad es que si hubiera investigado un poco con anterioridad y hubiese visto la respetable lista de títulos firmados por el tal Javier Tapia, seguramente hubiera desistido: solo hay que echar un vistazo para contemplar libros, seguro que parecidos a este, sobre mitología hindú, maya, griega, vikinga o celta, sin olvidar alguno que otro sobre vampiros, sobre Lovecraft o en torno a algún esoterismo. Demasiada amplitud, demasiado aspecto de cadena de montaje. Pero en fin.

Como hubiera sido de esperar para un lector mejor informado, el libro tiene efectivamente un tono divulgativo digamos relajado, dirigido a quien le parezca suficiente con unas pinceladas sobre esa cultura japonesa de la que quizá conoce algo sobre las geishas, los samuráis, la foto del templo sobre el monte Fuji o algún anime popular. Es esa la perspectiva correcta porque es exactamente lo que el libro ofrece.

Digamos que hay una parte inicial que se ajusta más a lo que promete el título, presentando a la pareja de dioses más poderosos, no sé si primigenios o primus inter pares, Izanagi e Izanami, masculino el primero, de aire más triunfador, femenina la segunda, condenada al inframundo a causa de alguna traición que no recuerdo. Con ellos, la diosa del sol Amaterasu, creo que hija de Izanagi, es la tercera deidad de un enorme panteón lleno de divinidades menores casi de todo tipo. Pero por lo visto la característica más definitoria de la mitología japonesa es precisamente esa multiplicidad de entes o espíritus que de alguna manera lo pueblan todo, los kami, poco menos que infinitos, y los yokai, más bien demonios, algunos de ellos juguetones y puñeteros. De ahí a pensar en personajes tan frecuentes en los mangas solo hay un paso.

La penetración del sintoísmo con su carácter sincrético tiene seguramente mucho que ver con la adopción de entes sobrenaturales asimilados de distintas culturas y credos lo que, desde otro punto de vista, convierte la mitología en una especie de panteísmo estrechamente ligado a la naturaleza. Y todo ello a su vez se funde con aspectos propiamente culturales que a veces tienes raíces históricas remotas y que han sobrevivido gracias al aislamiento del país hasta épocas bastante recientes. Así, el libro hace sitio a figuras de origen no muy claro, como los samuráis o los ninja, a la yakuza o al teatro kabuki, cosas que pueden sonar más al lector occidental y cuya aparición va dejando clara la voluntad divulgadora del texto.

Aunque adornado con unos poquitos detalles históricos y algunos breves cuentos tradicionales (algunos francamente bonitos, hay que reconocerlo), el libro no puede, ni siquiera seguramente quiere, disimular su naturaleza de producto rápido, incluso poco esmerado en su redacción y estéticamente cutre, en un punto muy bajo de esa posible escala que va desde la erudición y el trabajo académico puro hasta la divulgación como simple pretexto para editar un volumen de lo que sea y pasar cuanto antes al siguiente para hacer caja.

A pesar de todo, y aunque a veces nos sorprenda o hasta dé un poco de rabia admitirlo, casi de cualquier libro se aprende siempre algo. Y tengo que reconocer que también de este.

P.S.: Cuál no sería mi sorpresa cuando hace muy poquito, dando un paseo por el monte, me encuentro escrito en una valla de madera el nombre de Amaterasu. No hay muchas opciones: o mi cultura en torno a lo japonés es muy inferior a la media, o alguien se acaba de leer el mismo libro que yo, o tal vez hay por ejemplo algún grupo musical que ha adoptado tan venerable denominación.


lunes, 28 de julio de 2025

Zoom: "No mires ahora", de Daphne du Maurier


Idioma original: 
inglés
Tìtulo original: Don't look now
Traductor: Miguel Sanz Jiménez 
Año de publicación: 1971  
Valoración: recomendable
 
Sabe bien escribir un "zoom" después de tanto tiempo. Para los más jóvenes que no lo recuerden, en este blog llam(áb)amos "zoom" a entradas que se enfocan en un texto breve, más breve que un libro: un cuento, un poema, un fragmento. En este caso, aunque podría haber esperado a leer todo el volumen de cuentos editado, con el cuidado de siempre, por La Biblioteca de Carfax, he preferido reseñar solo este cuento, porque tiene entidad independiente (de hecho fue adaptado al cine en 1973), y también, en fin, porque soy un perezoso y no sé cuándo voy a tener tiempo de leer el resto de los cuentos del libro.
 
Sobre la autora de "No mires ahora" no hace falta decir mucho: es la famosísima autora de novelas como RebeccaMi prima Rachel o Jamaica Inn, o cuentos como "Los pájaros" o este que nos ocupa, varias de ellas adaptadas al cine por el igualmente famosísimo Alfred Hitchcock. Varias de estas obras se sitúan de forma más o menos explícita en el género gótico, como es el caso del cuento que nos ocupa, publicado originalmente en 1971, en el volumen Not After Midnight, and other stories. [Aclaro, por cierto, que los cuentos incluidos en el volumen de La Biblioteca de Carfax no corresponden con los de Not After Midnight].
  
En cuanto a "No mires ahora", es un relato fantástico (quiero decir, del género fantástico, aunque también sea fantástico en el sentido de decir que es muy bueno) centrado en un joven matrimonio, John y Laura, que viajan a Venecia para intentar distraerse y superar el luto por la muerte reciente de su hija Christine. Una vez en Venecia, comenzarán a encontrarse una y otra vez con una pareja de ancianitas, sobre cuyas honestas intenciones John tiene muchas sospechas. Esta persistencia de la figura de las ancianas, unida a la memoria de la hija fallecida, y al ambiente siempre misterioso de Venecia, van creando una atmósfera opresiva y amenazadora que se cierne sobre los protagonistas.
 
Esta creación de un ambiente de cuento de terror, a través de la inclusión de diferentes pistas o sugerencias de amenaza sobrenatural (algunas de las cuales no dejan de ser McGuffins, como los utilizados por, una vez más, Hitchcock) es sin duda lo más logrado del relato. Hasta prácticamente el final del cuento, el texto transita en esa zona que Todorov consideraba más propia de lo fantástico: en la indefinición sobre el carácter natural o sobrenatural de los acontecimientos narrados. Al compartir el punto de vista con el marido, el lector oscila entre pensar que todo se trata de un conjunto de extrañas casualidades, o quizás de una tentativa de estafa por parte de las viejecitas, o pensar que de hecho hay fuerzas extrañas, y quizás malévolas, que están operando en su contra.
 
Si estos (la creación de la atmósfera y el uso del punto de vista) son los puntos fuertes del cuento, hay otros que creo que funcionan peor. La historia en sí, es decir, lo que queda cuando retiras las técnicas anteriormente mencionadas, no tiene demasiada chicha y es algo rebuscada, con muchas pistas y caminos que, como decía antes, a veces resultan un poco tramposos. Por otra parte, y de esto no tiene exactamente la culpa Daphne du Maurier, hay algunas representaciones y bromas sobre determinados grupos de personas (como los "travestis" o los hermafroditas, entre otros) que en 1971 podían sonar bien o pasar desapercibidas, pero que hoy resultan algo cringe.
 
Estamos, por lo tanto, ante un clásico del género de terror, de una autora clásica del género de terror, quizás con sus imperfecciones, pero que sin duda puede enseñar mucho a cualquier escritor que pretenda aprender a escribir un cuento de este tipo.
Aspectos que han quedado algo trasnochados


También de Daphne du Maurier en ULAD: Aquí

domingo, 27 de julio de 2025

Katherine Anne Porter: Pàl·lid cavall, pàl·lid genet

Idioma original: Inglés
Traducción (al catalán): Albert Pla Nualart / Núria Guilayn Llinàs
Año de publicación: 1936, 1937 y 1939
Valoración: Recomendable

Pàl·lid cavall, pàl·lid genet es una antología publicada por la editorial La Segona Perifèria. Compila tres novelas cortas de Katherine Anne Porter traducidas al catalán por Albert Pla Nualart y Núria Guilayn Llinàs, publicadas originalmente entre 1936 y 1939. Aunque todas me han gustado y derrochan calidad, creo que la primera es la mejor con diferencia, pues se siente más redonda, compacta y focalizada.

L'antiga condició mortal narra la transición de Miranda (una suerte de álter ego de la autora) y su hermana a la adultez. Para ello aprovecha la figura de una tía que rehuyó todo lo que pudo las expectativas familiares y sociales. Pese a la magnitud de su elenco y la diversidad de tiempos y escenarios, esta novela corta sabe aprovechar al máximo todo el material que la compone, y transmitir orgánicamente un mensaje.

En El vi del migdia, la llegada de un sueco tan callado como laborioso trae prosperidad a una granja de Texas durante nueve años, pero también acaba desencadenando una tragedia. Aunque el planteamiento de esta novela corta es muy bueno, su ejecución no lo aprovecha demasiado, al menos a mi juicio. Asimismo, creo que no la ficción no desarrolla satisfactoriamente varios de sus ingredientes (la relación entre el señor Helton y la familia que lo acoje queda algo desdibujada, así como la participación de los hijos de los Thompson).

La novela corta que da título al conjunto recupera a una Miranda ya independizada, a quien vemos trabajar como periodista y conocer a un hombre con la Primera Guerra Mundial y la epidemia de gripe de 1918 de telón de fondo. El subtexto de esta novela corta es muy rico. Además, los temas que explora (el antibelicismo, el amor, etc...) son expuestos de manera expresiva y delicada.

Poco más que añadir: Pàl·lid cavall, pàl·lid genet es una antología compuesta por tres novelas cortas muy dignas. Pese a que a dos de ellas les falta la redondez de la primera, recomiendo su lectura, especialmente a quienes deseen conocer a esa gran escritora estadounidense que fue Porter.